Todo el que tiene cierta experiencia entrenando, sobre todo la fuerza, ha sufrido algún tipo de lesión y es que, según un estudio realizado por Fernando Dorrego y Pedro Jiménez, entrenadores personales de Blua de Sanitas, entre las lesiones más comunes en gimnasios o centros fitness, están la contractura muscular, las lesiones de rodilla, las tendinopatías, el dolor de espalda y la rotura de fibras musculares. Pues bien, sólo las lesiones del hombro suponen el 50% de todas ellas, lo que convierte a esta articulación, o mejor dicho, a éste complejo articular, en el más perjudicado. Las más recurrentes son la tendinosis del manguito rotador, la bursitis o pinzamiento subacromial, la artrosis acromio-clavicular y la peri-artrosis escapulo humeral.
Los síntomas más comunes son el dolor en el hombro y radiación lateral, la imposibilidad funcional, la falta de fuerza en el brazo, la inflamación, la rigidez y pérdida de movilidad. Es imprescindible que, ante estos síntomas se acuda al médico especialista que le realice las pruebas pertinentes y le dé un diagnóstico para establecer el tratamiento adecuado.
El mecanismo de producción, o lo que es lo mismo, los factores que desencadenan dichas lesiones están la degeneración tendinosa debido a la edad o el sobreuso, la disfunción postural y biomecánica del complejo escapulo-humeral, el trauma de repetición, la mala praxis en la práctica deportiva, la Inmovilidad debido a una lesión anterior, y el reflejo de una lesión o alteración que tiene origen en otra zona anatómica, (normalmente la zona cervical o dorsal).
Al hombro se le considera una articulación móvil y la función principal de la escápula es mantener la integridad, si el ritmo escápulo-humeral no es el adecuado dicha alteración se manifiesta en dolor o acortamiento del rango óptimo de Movimiento (ROM).
Dentro del proceso de readaptación física o deportiva, los entrenadores personales, realizamos una valoración pre-Activa, que comienza por una anamnesis del cliente, acompañada de un complicado de informes médicos de la misma. Como parte de la valoración activa se le realiza una Valoración Postural Estática (VPE) que consiste en tomar fotos al cliente en los tres planos y en posición anatómica; La que más información nos da es la antero-posterior, donde podemos observar y detectar desequilibrios musculares, alteraciones en la postura y una posible discenia escapular. Y, por último, se le realiza una serie de test para detectar posibles déficits de fuerza bi o unilateral o falta de sinergia muscular debida a inhibiciones o sobre activaciones musculares.
La recuperación funcional del hombro puede ir desde los ejercicios de Propiocepción, de movilización, de liberación miofascial, de fortalecimiento hasta ejercicios respiratorios. Puede que alguna de las fases incluya un trabajo multidisciplinar, conjunto con médicos y fisioterapeutas. Si además hemos tenido recaídas es imprescindible incorporar un protocolo de calentamiento específico para el hombro. Si pincháis en este vídeo podréis visualizar uno de mis preferidos, el YTWL.
Para prevenir y evitar estas y otras lesiones es fundamental contar con el asesoramiento de un experto que te guie de forma segura, rápida y eficaz a la consecución de tus objetivos; ya sean pérdida de peso, tonificación, hipertrofia, readaptación o rendimiento deportivo.