Que los pies son importantes…nadie lo niega, sin embargo es frecuente no otorgarles la atención que necesita y suele suceder que, ante dolores o lesiones de rodilla, cadera o espalda nos centremos en intentar eliminar la sintomatología en lugar de ir a la causa de ese dolor; que con frecuencia se encuentra lejos del lugar anatómico donde se manifiesta.
Si revisamos los últimos estudios se evidencia que existe una correlación directa entre el estado de la anatomía binomio pie-tobillo con las articulaciones adyacentes, rodilla y cadera, y su predisposición a padecer patologías ascendentes por sobrecarga (Meta-analisis de Neal,2014; Tong 2013; Chuter 2012). Dicho de otra forma, un gran porcentaje de personas presentan error de apoyo de los pies, incluso con pronación o supinación excesiva, inestabilidad articular por deficiencia de la musculatura intrínseca de sustentación o hipotrofia muscular de tibiales y de peroneos. Se ha evidenciado también la asociación de alteraciones posturales de las rodillas y de la columna vertebral en estas mismas personas (en relación con ésta última ya hablamos en uno de nuestros últimos post sobre las posibles causas de la escoliosis). En el ámbito del Entrenamiento Personal la EPE (Evaluación Postural Estática), así como la EPD (Evaluación postural Dinámica) juegan un papel decisivo en el diagnóstico de estas alteraciones; ya que a través de ella podemos detectar e identificar alteraciones en la pisada del cliente que guardan relación con otras dolencias y derivar al especialista en caso necesario.
Algunas lesiones que nos encontramos en función del tipo de pisada son:
En pies pronadores
Condromalacia rotuliana, síndrome del tibial medio y posterior, tendinitis en el tendón de Aquiles…
En pies supinadores
Nos encontramos: síndrome de la cintilla iliotibial, fascitis plantar, tendinitis aquilea, lesiones articulares por falta de estabilidad…
¿Qué posibles remedios y prevención puedo realizar?
Lo primero y más importante, antes de tomar ninguna decisión o hacer ningún cambio, sería hacerse un análisis biomecánico de la pisada, para evitar cualquier problema y de ésta forma no agravar la situación por tomar decisiones propias sin la ayuda de un especialista, y para decidir cómo enfocar la recuperación. En los casos más leves la utilización de unas plantillas adaptadas, así como seguir con un programa de fortalecimiento específico puede ser suficiente; mientras que los casos más graves necesitarían recurrir a la cirugía.
Desde SANO ZAFRA te aconsejamos acudir a un podólogo o traumatólogo deportivo para que os realice el estudio.
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